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Descubre cómo enseñar los diferentes colores a los más pequeños de la casa

Una de las primeras cosas que se enseñan a los niños una vez que aprenden a hablar son los colores, esto ya que gracias a sus tonos llamativos son más fáciles de percibir y así, pueden llamar la atención de los más pequeños. Sin embargo, es bueno recordar que enseñar los colores a los niños no tiene que solamente ser una lección a repasar ya que se puede convertir en una excelente actividad sensorial que despierte la creatividad de los más pequeños.
Si aún te estas preguntando si es que tu pequeño está en edad de empezar con esta lección, te recomendamos que lo hagas si se encuentra entre el año y medio a tres años, ya que además de ser un periodo donde los niños aprenden mucho, también ya se encuentran lo suficientemente grandes como para poder interactuar. Para esta actividad necesitarás los siguientes materiales:
Materiales
- Temperas o pinturas de los colores primarios
- Pinceles de todo tipo
- Hojas blancas grandes
- Delantal
Con estos sencillos materiales estás más que listo para comenzar. Recuerda que el delantal es primordial para evitar accidentes, aunque si gustas, también puedes realizarlo con ropa que esté en desuso y que se pueda dañar. Además, asegúrate de utilizar pinturas que no sean tóxicas ya que uno nunca sabe cuándo puede suceder algún accidente, por lo que lo mejor siempre será prevenir. Ahora sí, a continuación, te contamos como comenzar con dicha actividad:
Comienza enseñando los colores
Para comenzar, lo mejor que puedes hacer es enseñar a los niños cuales son los colores primarios y la importancia de estos. Para ello, puedes ayudarte de las mismas pinturas, y además, puedes guiarte con objetos que se encuentren dentro de tu misma casa. Una actividad interesante, es buscar por todo el lugar objetos de aquellos colores. De esta forma, el niño aprenderá a reconocerlos por su propia cuenta.
Introduce la mezcla de colores
Una vez que se hayan aprendido los colores primarios, llega la parte más interesante, crear las infinitas combinaciones gracias a la mezcla de los colores. Aquí es donde puedes comenzar a utilizar la pintura si lo deseas. Para empezar, puedes mostrarles las combinaciones básicas como azul y amarillo que tienen como resultado un verde vivo, el rojo y azul que dan un prefecto morado y el amarillo con rojo que combinados crean el color naranja.
Una vez que el niño haya comprendido como funciona la mezcla de colores y cómo se puede dar origen a nuevas tonalidades, se puede comenzar a mezclar los colores secundarios entre sí, es decir, aquellos que han dado como resultado de la combinación de los tonos primarios. De esta forma, poco a poco el niño podrá encontrar colores completamente nuevos y además, aprender cómo crearlos.
Los juegos hacen todo más divertido
Para los niños no existen un mejor aprendizaje que el que tienen cuando juegan, es por esto que incluir los colores dentro de los mismos juegos puede ser una excelente forma de incentivarlos a aprender la gama de colores mientras hacen lo que más les gusta, divertirse. Si no tienes mucho espacio o demasiado tiempo, te recomendamos empezar con un juego de identificación, donde en base a cartillas puedes dejar tres colores y los niños deberán de conseguir materiales u objetos de esa misma lista de colores.
Ahora bien, si tienes mucho más tiempo y disponibilidad, te recomendamos realizar tardes de pintura donde en grandes pliegos de papel estos puedan experimentar la mezcla de colores a prueba y error. Para ello, podrás darle ciertos dibujos impresos y ellos tratar de encontrar la combinación exacta para imitar los colores.
Recuerda que las sesiones no deben de ser muy largas, ya que al ser niños pueden desconcentrarse demasiado rápido. Sin embargo, el proceso de repetición hará que en muy poco tiempo se sepan todos los colores.
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